Yo leo, tú lees, todos leemos…
Desde antes de nacer estamos leyendo el mundo, el entorno, la realidad, el discurso, las personas. Pre-decimos, Pre-juiciamos, Pre-concebimos, porque todo el tiempo estamos
interpretando.
Conocer ya no es suficiente, almacenar información ya no es símbolo de cultura o de sabiduría; hoy, es la capacidad de interpretar, inferir, conectar y a partir de ello tomar conciencia, tomar decisiones, juzgar o crear, lo que determina nuestra inteligencia o talento.
Al nacer tenemos una interpretación literal del mundo, donde lo que se dice es. Cuando al escuchar sapo, nuestra imaginación visualiza el anfibio verde y expectante.
Al entrar en la escuela, los niños ya saben leer, han aprendido un idioma y sólo les falta conocer el sistema alfabético. Pero nuestra mente, sigue su desarrollo y aprende a inferir, a que No todo lo que se dice es; y el sapo, ya no es sólo un animal, sino un adjetivo peyorativo.
En la adolescencia, ya no sólo queremos saber si nos mienten o no, o sobre las muchas formas de ofender, queremos analizar, comprender el porqué, el cómo y la intención. Entonces ordenar, sintetizar, caracterizar o estructurar se convierten en preciadas herramientas.
Y hay quienes desde este momento, empiezan a cuestionarlo todo.
By Paola Guayazán
Profesional en Estudios Literarios
Universidad Nacional de Colombia
Docente CES