En el desarrollo de los pueblos, muchas son las maneras de expresarse como comunidad.
Buscando unidad e identidad. Nietzsche habló de dos caracteres para una visión del mundo:
lo apolíneo y lo dionisiaco. Apolo, dios de la poesía y de la caza representó lo reflexivo, lo racional,
lo trascendente; Dionisio, dios del vino y del teatro representó lo festivo, lo carnal, lo espontáneo.
Tabio, es una comunidad que también se ha transformado y que como otros pueblos ha
buscado expresar sus inquietudes, su creatividad, sus deseos… su voluntad de cambio.
De ser una villa de campesinos conservadores y católicos, cosechadores de verduras; se ha
transformado por el trabajo y esfuerzo de nativos y extraños, desde hace algunos 30 años,
en una singular villa de visionarios y gestores de toda clase de ideas. Algunas se han institucionalizado,
otras apenas emergen, pero todas cosechan nuevas formas de expresión.
Queremos exaltar: el apolíneo encuentro Abierto de Filosofía y Otros Tópicos Latinoamericanos y el dionisíaco Encuentro
Nacional del Torbellino y las Danzas Tradicionales. Encuentros, que han significado para la comunidad
de Tabio, el encuentro con otros pueblos, con otras culturas, con otras formas de pensar y de ser. El sentir y el pensar,
se encuentran y se ofrecen cada año, entre octubre y noviembre, en un festín para la mente y el cuerpo: filosofía y danza, poesía y música han hecho de Tabio lo que es hoy…
una bella cosecha de artistas y de pensadores. Figuras extrañas y muchas manos nativas, fundaron y construyeron estas dos instituciones, por un lado Alba Rosario Murcia y Efraín Mancera, la maestra de literatura y filosofía y el profesor de matemáticas; y por el otro Patricia Carvajal y César Monroy, la directora de la Casa de la
Cultura y el maestro de danza a principios de los 90 del siglo XX. ¡A ustedes, solemne admiración y memoria, debemos los tabiunos!
By Paola Guayazán
Profesional en Estudios Literarios
Universidad Nacional de Colombia
Docente CES