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CES – Andrómeda                                                                                                                        Periodo 2020-1


              Cuento…              EL MISTERIO DE LOS TOMATES
                                                                                            Autor: Silvia García



              A Julia le gustaban tanto los tomates que             Julia se dedicó semanas enteras a

              ni siquiera se había dado cuenta de que               investigar el misterio. Volvió a replantar

              los de su huerta habían perdido todo su               los tomates, consultó libros, preguntó a


              sabor. Tuvo que ser su madre quien, un                vecinos... Pero nada, los tomates seguían

              día que fue a visitarla, se lo dijese.                siendo totalmente insípidos.

                                                                    - No sirven ni siquiera para hacer salsa de

              - Estos tomates saben a plástico, Julia -             tomate, le decía preocupada Julia a su

              le había dicho extrañada.                             vecina.

              - ¿Tú crees? No me había dado cuenta... -

              contestó sorprendida Julia.                           Una noche, ya casi de madrugada, Julia se

                                                                    levantó a beber agua. Desde la ventana de


              Julia no entendía nada. Los regaba a la               la cocina podía ver toda su huerta. Así

              misma hora de siempre, los plantaba en la             que lo pudo ver bien.

              misma tierra y los abonaba con los mismos

              productos. No entendía por tanto por qué              Al principio pensaba que estaba soñando e

              ya no tenían aquel sabor tan intenso que              incluso se pellizcó el brazo y se frotó los

              había hecho famosas sus ensaladas en                  ojos. Pero estaban allí. Un grupo de

              todo el pueblo. Añadiéndoles un poco de               extraños seres ataviados con un peto


              cebolla, atún y aceite de oliva. Julia                vaquero como el que usaba ella para

              preparaba unas cenas exquisitas y sanas.              trabajar la tierra. No debían de medir

              Pero claro, cuando los tomates perdieron              más de medio metro pero trabajaban

              su sabor, todo cambió.                                asombrosamente rápido. Julia pudo ver,

                                                                    desconcertada, cómo conectaban unos




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